Un grupo de científicos, montañistas y fotógrafos, adscritos al proyecto “Donde Venezuela toca el cielo”, aseguraron el pasado jueves en redes sociales que el glaciar La Corona sobre el pico Humboldt debería ser oficialmente declarado como “muerto”.
“Muchos seguimos llamando glaciar a la última cobertura de hielo sobre el Humboldt, tal vez en un intento de alargar su vida, aunque sea en palabras… ¡pero desde hace años ya no lo es!”, alertó la publicación en Instagram del mencionado proyecto.
El grupo se fundamenta en la declaración de Oddur Sigurdsson, uno de los principales glaciólogos de Islandia, quien aseguró que un glaciar muere cuando se vuelve demasiado delgado para calificar como glaciar.
“Un glaciar debe ser lo suficientemente grueso como para moverse por su propio peso”. Si un glaciar se vuelve demasiado delgado, “dejará de moverse y será declarado un glaciar muerto”, enfatizó Sigurdsson en 2014, cuando clasificó al glaciar islandés Okjokull como muerto.
“En este sentido, el glaciar del Humboldt hace tiempo debió declararse un glaciar muerto”, insistió el grupo.
Tal fenómeno ha originado una gran “área de ablación”, donde el hielo se pierde más rápidamente que lo que puede retenerse. Por ende, Venezuela se habría convertido ya en el primer país americano en quedarse sin glaciares.
En días recientes, autoridades venezolanos iniciaron la denominada Operación La Corona, que aunque no es de carácter militar o policial, intervienen cuerpos de seguridad del país dado que se ha convertido en un asunto de estado. En una primera fase, contempla el traslado de material geotérmico que se colocará alrededor del glaciar para retardar el deshielo.
El aún denominado glaciar La Corona se encuentra en la cumbre del lado noreste del pico Humboldt, a más de 4.900 metros de altura. En el año 1910, cuando se ejecutaron sus primeras expediciones, cubría un área de 337 hectáreas. De hecho cubría en buena parte los picos Humboldt y Bompland, pero lamentablemente hoy solo tiene una extensión de apenas 4 hectáreas. Es decir que ha perdido casi el 99% de su extensión como consecuencia del fenómeno del cambio climático.
Su masa de nieve podría desaparecer por completo en cinco años, a causa del calentamiento global. Su deshielo alimenta tres lagunas aledañas: El Suero, Verde y La Coromoto. Venezuela contaba con 5 glaciares y ahora solo quedaría este último.
(DL/La Patilla/Notas de prensa)