El Instituto de Medicina Legal de Colombia reportó que entre enero y octubre de este año de 2023 se han registrado 754 muertes violentas de migrantes venezolanos en ese país.
El departamento ha realizado un seguimiento de los venezolanos que han fallecido en condiciones violentas desde el 2017 y señala que desde entonces se han registrado 7.084 muertes relacionadas con homicidios, accidentes de tránsito, suicidios, entre otros.
Precisa que solo este año, la entidad ha registrado 1.193 muertes relacionadas con eventos dramáticos; sin embargo, han sido los homicidios los que más han afectado a esta población en el país.
En cuanto a las muertes por homicidios con armas blancas, detalla que se registraron 144 casos; 559 por arma de fuego y 51 homicidios se dieron en riñas.
El informe precisa que 144 de las muertes violentas se registraron en Bogotá, 98 en Norte de Santander, 45 en Atlántico y 14 en La Guajira.
Sin embargo, la cifra refleja un descenso de los asesinatos de venezolanos, pues en 2022 hubo 873 en el mismo periodo, por ejemplo, en cuanto a las muertes por accidentes de tránsito, Medicina Legal reportó que este año se han registrado 235 casos, frente a los 295 ocurridos en el mismo periodo de 2022.
En el caso de los suicidios este año relacionado con los migrantes venezolanos, afirma que también disminuyeron, pues pasaron de 75 en 2022 a 68.
El mismo informe indica que la semana pasada, la organización Caribe Afirmativo detectó varios riesgos comunes que impactan de manera directa sobre esta población migrante, especialmente sobre los LGBTIQ+. Uno de ellos es el abuso de autoridad, que en determinadas situaciones se evidencian en actos abusivos de las autoridades de control migratorio y la Fuerza Pública en los puntos de control fronterizo.
“Entre estos abusos se incluye la retención de documentos con fines extorsivos, inspecciones abusivas dirigidas a mujeres lesbianas y bisexuales, comportamientos abusivos y lascivos a mujeres trans, el uso de agresiones verbales y burlas a personas con construcciones identitarias no hegemónicas o expresiones disidentes”, se lee en el documento.
También se evidencia la violencia sexual y otros actos que afectan la integridad sexual. Asimismo, se registran prácticas que incluyen comentarios lascivos, insinuaciones inapropiadas o chistes de naturaleza sexual, gestos obscenos, miradas insistentes y otras formas de comunicación no verbal que generan incomodidad, tocamientos no deseados, roces indebidos o cualquier contacto físico sin consentimiento.
