Durante los últimos tres meses, una plataforma de arbitraje de criptomonedas llamada SolesBot se ha hecho popular entre aquellos que buscan en el intercambio de criptomonedas una vía para acumular riquezas.
Presentándose como una innovación en ganancias a través de la IA, SolesBot se convirtió en el centro de un debate: mientras algunos la acusaban de ser un fraude, otros la defendían fervientemente en línea.
Ahora, parece que los críticos tenían razón. La plataforma ha cesado sus operaciones, su sitio web es inaccesible y el CEO ha cerrado sus redes sociales a comentarios.
SolesBot se promocionaba como una oportunidad de inversión con altos retornos gracias a un bot de arbitraje cripto con IA. Sin embargo, expertos en criptomonedas advirtieron que podría ser un esquema Ponzi insostenible.
Aunque las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial, todo apunta a que muchos han perdido sus ahorros en este esquema, afectando principalmente a venezolanos.
Hace solo unos días, SolesBot prometía retornos del 600% en 90 días para disuadir a los usuarios de retirar sus fondos. Un usuario advirtió en redes sociales el 14 de junio: “Si participas en solesbot, ten cuidado, es una trampa. Retira tus ganancias cuanto antes y no caigas en la codicia”.
Por otro lado, principalmente en TikTok, había quienes apoyaban a SolesBot y destacaban sus beneficios. Raul Soles, CEO de la compañía, se presentaba como un benefactor y viajaba por el mundo mostrando su éxito.
Su último mensaje indica su lucha por salvar SolesBot: “He dado mi vida por SolesBot y haré lo que sea para reconstruir lo que tanto esfuerzo me costó”.
Un esquema Ponzi es una estafa bien documentada pero aún prevalente que promete altos retornos a los inversores pagando con el dinero de nuevos participantes. A menudo se presenta como una inversión legítima, pero carece de fundamentos reales y colapsa cuando no hay nuevos fondos.
Un ejemplo claro de la inviabilidad de un esquema piramidal se ve en aquellos planes que, además de solicitar dinero a un inversor, le exigen traer a bordo a tres más, ofreciéndole una comisión por ello. Estos nuevos participantes deben, a su vez, reclutar a otros tres, creando una cadena de ingresos ascendente.
El colapso del sistema ocurre cuando se alcanza un punto en el que no hay más inversores potenciales y, dado que la inversión no se respalda con activos tangibles como bienes o servicios, no hay manera de generar los pagos prometidos a los últimos en unirse.
Es una cuestión de aritmética básica. Si cada persona debe reclutar a tres más, la pirámide crece exponencialmente. Tres invitados se convierten en nueve, esos nueve en veintisiete y así sucesivamente. Continúa esta progresión catorce veces y terminarás con 43.046.721 personas, una cifra que supera la población total de Venezuela.
DL /ES
