La vida de un docente en Venezuela es una lucha constante contra la necesidad. Para poder alimentar a una familia de cinco personas, debe multiplicar su salario mensual de 21,57 dólares por 24,2 veces. Ese es el precio de la canasta básica de alimentos, que en noviembre alcanzó los 522 dólares, según el Cendas-FVM, un centro de investigación independiente.
El Cendas-FVM denunció en un comunicado que el salario de un docente apenas cubre el 4,1 % de la canasta alimentaria familiar, lo que significa que le faltan el 95,9 % para llegar al mínimo. Esto viola la Constitución, que garantiza un ingreso digno para el trabajador y su familia, asegura esta ONG.
«Los maestros venezolanos no nos conformamos con un salario mejor, también queremos una vida mejor para nuestros estudiantes, sus padres y la sociedad en general, porque somos los que formamos a los ciudadanos del mañana», expresó el Cendas-FVM.
Los bolívares, la moneda local, se han vuelto papel mojado ante el avance del dólar, que domina el mercado y marca los precios. Los trabajadores públicos, que cobran en bolívares, han visto cómo se desvanecía su poder adquisitivo.
Venezuela sufrió una inflación del 182,9 % entre enero y noviembre, según cifras oficiales. Los precios subieron un 5,9 % en octubre y un 3,5 % en noviembre, el menor aumento mensual del año. Pero eso no alivia la crisis económica que azota al país.
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