El cambio climático es uno de los factores que ha contribuido para que en el país se registre una disminución en la producción de maíz amarillo.
Al respecto, el presidente de Fedeagro, Celso Fantinel, explicó que la superficie de siembra de maíz amarillo en 2023 disminuyó 7 % con respecto a 2022.
Indicó que «casi alcanzamos las 350 mil hectáreas, pero por efectos del cambio climático se produjo menos maíz blanco, 630 mil toneladas vs. las 720 mil del año 2022, casi un 4 % menos», expresó.
Por otra parte, el presidente de Fedeagro aseguró que en el caso de las cosechas de arroz sí se registró un incremento en la producción.
«Logramos cosecha entre el verano y el ciclo de invierno de unas 520 mil toneladas para un 22 % más con respecto al año 2022», indicó.
Sector agrícola sin apoyo
A los elementos ambientales se suman las condiciones financieras que limitan el aumento de producción de los diversos rubros.
Productores agrícolas denunciaron el año pasado que su actividad «carece de apoyos», que la inversión pública en «infraestructura productiva es prácticamente nula» y que el crédito bancario está «significativamente restringido».
En septiembre, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro) señaló en un comunicado que la importación de productos terminados con «exoneraciones arancelarias» y el contrabando impactan «negativamente a los agricultores», quienes «aún permanecen en sus unidades» de producción, «autofinanciándose, luchando contra el clima, la inflación y la escasez de combustible».
Desde el año pasado, las autoridades de este sector trabajan en la creación de una zona especial dedicada a la producción de distintos tipos de alimentos en el este del país, donde se podrá cultivar, según el ministro de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo, maíz, soja, sorgo, arroz, carne, frutos secos, caña de azúcar, cacao, café y especias, entre otros productos.
Con información de Unión Radio