El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, señaló que las dos incertidumbres que definirán los escenarios de 2024 están claras: primero, ¿hasta qué punto retrocederá la flexibilización de las sanciones petroleras? y segundo, ¿cuál será el gasto electoral y su impacto en la economía?
En ese sentido, explicó en sus redes sociales que los mensajes de estas incertidumbres son:
1.- Sin cambios políticos, es poco probable que Estados Unidos mantenga la licencia general petrolera. Y estamos claros que esos cambios son realmente muy complejos de concretar a corto plazo. Pero lo que no está claro es si habrá un retroceso parcial, que le permita hacer al Gobierno de Joe Biden el punto político de castigo a Nicolás Maduro (actuando contra PDVSA pero manteniendo opciones para las empresas privadas) o si revertirá totalmente las licencias y regresará a su momento de “máxima presión” que, por cierto, no logró presionar al mandatario venezolano. En cualquiera de estas opciones, el flujo de divisas será mayor al del 2023, pues en el peor escenario ya hubo ingresos adicionales de un semestre.
2.- Independientemente de la crisis política, el Gobierno tendrá una estrategia de gasto público para financiar su campaña y la estabilidad social. El aumento de los ingresos en divisas le permitirá al gobierno seguir su política de estabilización cambiaría, con desplazamientos pequeños y continuos de la moneda.
3.- La economía tenderá a crecer, pero de manera siempre moderada, porque el deterioro de los encadenamientos productivos y la infraestructura es monumental. Pero es obvio que ese crecimiento será más fuerte en el escenario de reversión parcial (6%-8%) que en el de reversión total (2%-3%). La diferencia entre ambos es que el primero es proyectable hacia el futuro, basado en expansión y crecimiento de la producción petrolera privada, mientras que el segundo es bajo, puntual e insostenible y el 2025 pintaría muy mal.
4.- Cuando alguien plantea que es necesario regresar a las sanciones originales y volver al punto de octubre 2023, lo que está diciendo es que hay que volver a poner al país contra el piso, impedir su participación en el mercado occidental y empujarlo a oriente, deteriorar aún más la infraestructura eléctrica y de salud, promover la corrupción y opacidad de los mercados petroleros negros, donde se obliga a colocar el producto venezolano con descuentos groseros de 40% y todo eso, para tener el mismo resultado político de los últimos seis años de sanciones: consolidar al Gobierno, darle más fuerza y control sobre la gente que necesita que le den “lo que hay”, hacerse más dependiente a el y romper cualquier posibilidad de negociación electoral, por débil que esta sea. Pero además, conduce directo al país a una elección no sólo no competitiva (que en todos los casos lo será), sino absolutamente controlada, sin opciones alternativas de liderazgo opositor que pueda servir como receptor del deseo de cambio (que Maduro no puede inhabilitar). Es impedir, a quien sea que sea, eso que ha logrado sacar a muchos gobiernos autoritarios en la historia política de los últimos 100 años: la sorpresa y la ventaja del error del adversario, imposible de aprovechar cuando no estás.
5.- Nadie puede decir que será una estrategia ganadora. Por supuesto que el camino es áspero, peligroso y difícil y que se puede perder. Pero abandonarlo a los discursos emocionales, sin un plan de acción real y con amenazas inviables operativamente, significa que el fracaso está garantizado. No se puede llegar al final de esta historia con planteamientos fundamentalistas, porque entonces si es obvio que no será nadie, sino otra vez Maduro. Esa es la decisión gigante que la oposición tiene delante y está claro que será tortuosa. No se trata de una persona, se trata del país, que no merece ser castrado de esperanzas… otra vez.
Las dos incertidumbres que definirán escenarios 2024 están claras: 1) ¿hasta que punto retrocederá la flexibilización de las sanciones petroleras? y 2) ¿cuál será el gasto electoral y su impacto en la economía?
Los mensajes de estas incertidumbres:
1) sin cambios políticos, es…— Luis Vicente Leon (@luisvicenteleon) February 4, 2024