Al menos 300 migrantes que trataban de llegar a las islas Canarias desde Senegal en tres barcos han desaparecido en el Atlántico durante el trayecto, declaró a Reuters este domingo Helena Maleno, del grupo de defensa de derechos de los migrantes Caminando Fronteras.
El grupo de ayuda Walking Borders dice que el barco de pesca zarpó de Kafountine, una ciudad costera en el sur de Senegal aproximadamente a 1.700 km de Tenerife, el 27 de junio.
En declaraciones a la agencia EFE, la ONG dijo que hay muchos niños a bordo.
Además, existirían otros dos botes desaparecidos, de características similares, que transportaban a docenas de personas más.
El Servicio de Salvamento Marítimo de España confirmó a EFE que un avión se ha sumado a las labores de búsqueda.
De acuerdo con la ONG española Caminando Fronteras, que basa sus datos en testimonios de migrantes o sus familias, el cayuco salió de la ciudad senegalesa de Kafountine el 27 de junio.
«Los familiares también nos avisaron de la pérdida de esa embarcación cuando pasaron días y no tuvieron noticias», indicó la coordinadora de la ONG, Helena Maleno, en un mensaje de audio que recogió la agencia de noticias AFP.
No se trata, sin embargo, de la única desaparición de la que alerta la organización, que pide también ayuda para buscar otras dos embarcaciones que, según sus informaciones, salieron también del litoral senegalés el 23 de junio, una con 65 pasajeros y la otra con entre 50 y 60 personas a bordo.
«Llevan muchos días en el agua, pero son embarcaciones de madera, y aún estamos a tiempo de tener buenos medios de rescate para poder salvar las vidas», pidió Maleno.
Esos migrantes intentaban llegar a territorio español en busca de una vida mejor por la inestabilidad que reina en su país, agregó Maleno.
Al igual que el mar Mediterráneo, que muchos migrantes se atreven a cruzar para llegar a las costas europeas, la ruta de Canarias se ha convertido en otro cementerio acuático. Tan solo en el primer semestre de este año, 778 personas murieron en las 28 tragedias documentadas por Caminando Fronteras.
Fuente: Los Tiempos / ART