Unas 2.060 víctimas mortales, además de más de otros 9.000 heridos es el saldo reportado hasta ahora tras un terremoto de magnitud 6,3 registrado en la provincia de Herat, situada en el oeste de Afganistán, en la frontera con Irán.
El seísmo fue seguido de una serie de potentes réplicas, la primera de mayor magnitud, ocurrió a 14 kilómetros de profundidad y a 33 kilómetros de la ciudad de Zindah Jan, ubicada en la provincia de Herat y le siguieron cuatro réplicas consecutivas de 5,5; 4,7; 6,3; y 5,9 respectivamente en un lapso de una hora, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Más tarde, el servicio de sismología estadounidense sintió otros dos temblores casi una hora después en la provincia de Herat de 4,8 y 4,9 grados, respectivamente.
El portavoz del Ministerio de Desastres, el mulá Janan Sayeeq, detalló que alrededor de 1.329 casas fueron destruidas y hay miles de desplazados por el movimiento telúrico, calificado como uno de los más letales en las últimas décadas de la historia de la nación asiática.
Por su parte, un funcionario del departamento de sanidad de Herat que se identificó como Dr. Danish, explicó que tras el hecho las personas fallecidas, en su mayoría mujeres y niños, fueron trasladados a varios lugares como bases militares y hospitales».
Asimismo, la agencia de la Organización de Naciones Unidas, estimó que unas 4.200 personas, pertenecientes a unas 600 familias, se han visto afectadas por los derrumbes y los estragos de la serie de terremotos.
El terremoto ha dejado en los habitantes de los poblados afectados en medio de dolor y un ambiente desolador.
«Llegamos a casa y vimos que en realidad no quedaba nada. Todo se había convertido en arena», expresó Nek Mohammad, un residente local de 32 años.
«Con el primer temblor, todas las casas se derrumbaron», expuso Bashir Ahmad, de 42 años. «Quienes estaban dentro de las casas quedaron enterrados», puntualizó y seguidamente agregó: «Hay familias de las que no hemos tenido noticias».
Afganistán cuenta con una población muy vulnerable, mayormente pobre, además de carecer de infraestructura suficiente para hacer frente a desastres como inundaciones o terremotos.
A finales de junio del año pasado un terremoto similar de magnitud 5,9 en las provincias afganas orientales de Paktika y Khost, fronterizas con Pakistán, provocó la muerte de más de mil personas y unos 1.500 heridos, así como la destrucción de cientos de viviendas.
Afganistán sufrió también una de las mayores catástrofes causadas por terremotos en 1998 en el norte del país, cuando en febrero dos seísmos de magnitud 5,9 y 6 causaron la muerte de unas 4.000 personas. Pocos meses después, a finales de mayo, otro seísmo de magnitud 7 volvió a sacudir la zona y causó unos 5.000 muertos.
Fuente: EFE