Aunque el contrabando de combustible de Venezuela a Colombia es un problema que históricamente ha existido, el incremento de la gasolina en los actuales momentos podría intensificar el flagelo, así lo advirtió Alejandro Fleming, doctor en relaciones internacionales en un análisis en relación a dicho contexto.
Transportistas y motoristas colombianos tomaron las calles de Bogotá y otras ciudades recientemente para protestar contra los constantes aumentos al precio de la gasolina, situación que promueve el contrabando ante la necesidad de buscar alternativas a los elevados precios, considerando que la gasolina venezolana es la más barata de todo el continente.
No obstante, las autoridades colombianas insisten en que el precio seguirá subiendo hasta llegar a precios internacionales.
Actualmente, mes a mes, el precio de la gasolina aumenta 600 pesos y ya se ubica en 15.500 pesos el galón, lo cual representan unos 3,7 dólares aproximadamente y el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, afirmó que la gasolina subirá hasta los 16.000 pesos el galón.
Fleming agregó que un litro de gasolina colombiana cuesta aproximadamente un dólar, mientras que en Venezuela está en medio dólar, por lo cual sería un negocio rentable para “las mafias” de la gasolina “que pudiesen activarse en Colombia y empezar a contrabandear el combustible venezolano”.
Ante esa situación, considera necesario que ambos gobiernos tomen medidas bilaterales que permitan monitorear y evitar que el combustible venezolano ingrese de manera ilegal al país vecino, tomando en cuenta que recientemente hubo la reapertura de los pasos fronterizos entre ambas naciones y se han restablecido las relaciones diplomáticas.
Precisó que el contrabando no solo se produce por las vías que todos conocen, que son los pasos internacionales, sino también por vías alternas, como las trochas, por eso la vigilancia debe activarse de ambos países.
Recordó que hace un tiempo “tal vez Colombia fue muy flexible” y el ingreso de gasolina venezolana mantenía “estable” a Colombia, “pero eso en un principio no debería afectar la recomposición de las relaciones bilaterales”, sino que por el contrario se deben “abordar juntos los problemas”.
Fleming señaló que los primeros que deben actuar frente al contrabando son las autoridades que están desplegadas en los estados fronterizos, buscando la forma de resguardos los pasos fronterizos.
Fuente: El Impulso